Esta es su cara, ahora imaginemos la escena:
Verlin Alsept entra a un Family Dollar Store, versión estadounidense del todo-a-cien. Camina entre los pasillos y se dirige a la caja registradora. Mira fijamente a la dependienta y murmura algo repetidas veces. La cajera, pregunta amablemente:
-¿Puedo ayudarle en algo?-
-Deme el dinero, esto es un atraco -responde Alspet, reuniendo por fin la suficiente voz para ser escuchado. Al mismo tiempo mete la mano a su bolsillo y saca una bala. Sólo una bala, sin pistola, y la muestra a la dependienta, pasándola frente a sus ojos mientras la sujeta con el pulgar y el índice.
Sin embargo, la calibre 38 por si misma no es lo suficientemente amenazadora para intimidar a la dependienta, y ella responde.
– Lo siento, no puedo abrir la caja si no está el gerente.
Alsept, no insiste, simplemente da media vuelta y sale por la puerta caminando, quizá aún desconcertado por la poca efectividad de su bala o pensando en reemplazarla por un cuchillo de cocina.
Será arrestado mas tarde y enfrentará cargos de robo, el fiscal no sabe si considerarlo a mano armada.
Leopoldo García Castellanos
Fuente: Dayton Daily News: Man attempts to rob store with a bullet
Me encanta ese toque de humor, de cruce de miradas, ese objeto persuasivo que es la bala, y finalmente ese desenlace absurdo que es la burocracia, con ley sin delito.